sábado, 18 de diciembre de 2010

APLICACIONES DE LA EDUCACIÓN ARTÍSTICA EN CONTEXTOS ESPECIALES: ARTE Y CREATIVIDAD EN NIÑOS Y ADOLESCENTES HOSPITALIZADOS.




Manuel H. Belver, Universidad Complutense de Madrid 
mhbelver(arroba)art.ucm.es 
Ana M. Ullán, Universidad de Salamanca  




 El ámbito de aplicación de la educación artística ha evolucionado mucho en los últimos tiempos. De ser un área minoritaria y enfocada a contextos educativos, ha pasado a constituir una herramienta de actuación en numerosos campos donde antes no estaba presente o lo estaba de manera marginal. A ello han contribuido las investigaciones que, gracias al enfoque multidisciplinar de la educación artística, ha ampliado las posibilidades de utilizar el arte y la creatividad artística como apoyo al desarrollo humano.
 Uno de esos campos de actuación es, desde hace algún tiempo, el de los hospitales.


El objetivo de este artículo es presentar un proyecto de investigación multidisciplinar sobre creatividad infantil en contextos hospitalarios que estamos llevando a cabo en la actualidad entre el Departamento de Psicología Social y Antropología de la Universidad de Salamanca y el Museo Pedagógico de Arte Infantil, el MuPAI, de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid. A este proyecto, y al grupo de investigación que trabaja en él, lo denominamos curARTE y nos gustaría exponer tanto sus planteamientos generales y los fundamentos del mismo como hacer una presentación de los resultados de las investigaciones que estamos obteniendo.

La idea inicial del proyecto curARTE fue desarrollar una serie de juguetes creativos especialmente diseñados para adaptarse a las limitaciones que, tanto la enfermedad, como las condiciones de diagnóstico y/o tratamiento de la misma en el marco hospitalario, puedan  suponer para los niños. A través de estos juguetes se intentaría favorecer el desarrollo de actividades creativas por parte de los niños hospitalizados proporcionándoles, por medio de los servicios de los hospitales, un material de juego creativo que se pueda utilizar en las condiciones restrictivas de salud y movilidad de un niño que permanece ingresado en un hospital.

Se trataría, en definitiva, de potenciar la realización de juegos creativos en los hospitales infantiles que, con los materiales de juego convencionales no adaptados, pueden ser  difíciles o incluso imposibles,  de llevar a cabo cuando los niños tienen que estar en cama, con goteros, aislados, etc...

El proyecto curARTE se articula, pues, en torno a dos ejes básicos. Por una parte, como se ha dicho, está el desarrollo de este material de juego creativo específicamente adaptado a las necesidades sanitarias y psicosociales de los niños hospitalizados. Por otra parte, pretendemos también valorar la incidencia que sobre el bienestar psicosocial de los niños en los hospitales puede ejercer el tipo de juego creativo promovido por el material de curARTE.


Un proyecto de esta naturaleza requiere articular, al menos, tres perspectivas como son la artística y creativa, la psicosocial y la perspectiva sanitaria. El carácter necesariamente multidisciplinar de curARTE se refleja en la diversidad de profesionales implicados en el mismo: creativistas y expertos en Educación Artística del MuPAI de la facultad de BBAA de la Universidad Complutense de Madrid, psicólogos sociales y antropólogos del Departamento de Psicología Social y Antropología de la Universidad de Salamanca y médicos y personal de atención sanitaria pediátrica de diversos hospitales.


La justificación del proyecto estriba en  los dos aspectos que lo fundamentan y que son, respectivamente, las dimensiones sociales y las consecuencias psicológicas de la hospitalización infantil.

Según los datos de la Encuesta de Morbilidad Hospitalaria del Instituto Nacional de Estadística durante el año 2001 (último año respecto al cual están los datos disponibles) fueron dados de alta en España  428.291 pacientes menores de 15 años. Estos pacientes pediátricos se desglosan, por grupos de edad, de la siguiente forma:


Total
Menores de 1 año
De 1 a 4 años
De 5 a 14 años

Total
428.291
157.290
122.201
148.800



Fuente: Instituto Nacional de Estadística
Copyright INE 2004

Según las mismas fuentes, se computaron en total, a lo largo del año de referencia, 2.201.257 estancias[1] hospitalarias infantiles en nuestro país que se desglosan en la tabla que sigue:

Estancias causadas por comunidad y grupo de edad.



Menores de 1 año
De 1 a 4 años
De 5 a 14 años
Total
1.082.771
491.717
626.769


Fuente: Instituto Nacional de Estadística
Copyright INE 2004

Resulta evidente que el paciente pediátrico tiene una representación considerable en los servicios hospitalarios, como, sólo a modo de apunte, recogen los datos del INE mencionados. Aún así, la preocupación sistemática por las necesidades psicosociales del niño hospitalizado (Palomo, 1999) es, relativamente, reciente. En 1986 el Parlamento Europeo propone la Carta Europea de los Niños Hospitalizados y en 1987 redacta una serie de recomendaciones para quienes participan en la "situación de hospitalización de un niño".   Muchas de las recomendaciones del Parlamento Europeo se refieren a las condiciones psicosociales que afectan al bienestar de los niños en los hospitales. De hecho se considera que la experiencia de la hospitalización, en sí misma, es una experiencia que puede tener importantes repercusiones negativas y ser altamente estresante tanto para los niños como para sus familias (Sierrasesúmaga, 1997).


Los principales efectos de la hospitalización en el niño tienen que ver con los cambios que ésta provoca en la vida cotidiana del niño (discontinuidad con sus actividades habituales, nuevo entorno y nuevas normas, pérdida de autonomía e independencia), con el malestar físico (dolor, cansancio, limitación de movilidad) y con las reacciones emocionales ( temor, problemas de imagen corporal, alteraciones del sueño…).  La angustia y el estrés aparecen como elementos muy ligados a los procesos de hospitalización infantil y como causas de gran variedad de síntomas que pueden condicionar de manera negativa el propio curso de la enfermedad del niño (Rodríguez Marín y Zurriaga, 1997).

En muchos hospitales se han puesto en práctica varias estrategias para ayudar a los niños hospitalizados, y a sus familias a superar el estrés que conlleva esta experiencia de hospitalización y sus consecuencias negativas (preparación psicológica, programas de afrontamiento, entrenamientos conductuales, etc.). El juego y el desarrollo de actividades creativas figuran entre las líneas propuestas para mejorar la calidad de vida de los niños en los hospitales.  El juego es un elemento crucial del desarrollo infantil. Jugar permite a los niños ir construyendo y consolidando el significado de su entorno personal y social, así como su propia identidad. Todos los teóricos del desarrollo coinciden en valorar en alto grado las aportaciones del juego a la evolución psicológica, cognitiva, social y emocional de los niños. Al jugar el niño se divierte, desarrolla recursos cognitivos y emocionales, aprende a resolver situaciones, a controlarse a sí mismo, su cuerpo y su entorno.

La relación entre juego y salud es especialmente significativa. Los propios niños lo entienden así. Para ellos “estar bueno” significa “poder jugar” (Robinson, 1987). Jugar para los niños es, en la práctica, sinónimo de bienestar y de salud. También, en cierta medida, lo es para sus padres, que tienden a sospechar problemas de salud cuando el niño no juega o disminuye su nivel de acostumbrado de actividad (Haiat, 2003).

Si para todos los niños el juego es una de las herramientas más poderosas para reducir la tensión, el enfado, la frustración, el conflicto y la ansiedad, esto resulta especialmente significativo en el caso de los niños hospitalizados. El juego les puede ayudar a comprender e interpretar mejor las imágenes, los signos, los sonidos y el lenguaje del hospital.

En la medida en que un niño juega, se transforma a sí mismo en un sujeto activo que crea reglas, desarrolla su imaginación, disfruta de sí mismo y libera sus sentimientos. El juego en el hospital representa   (Gottlieb y Portnoy, 1988) “un microcosmos del juego de los niños en general” resaltando como especialmente relevante, para los niños hospitalizados, la capacidad de los juegos para facilitar su expresión emocional y para proporcionarles sentimientos de dominio y de control. Por esta razón el juego se considera un recurso fundamental para mejorar los efectos psicosicales negativos  de su enfermedad y de la propia hospitalización (Bolig, 1991) tanto desde la perspectiva preventiva como desde la terapéutica. En este sentido el juego debiera ser considerado (Goldberger, 1988) como parte integral de los cuidados que han de recibir los niños en los contextos sanitarios y un elemento central en la humanización de los entornos pediátricos.
  
Y si hemos hablado del juego como recurso de bienestar y calidad de vida para los niños hospitalizados en el mismo sentido podemos referirnos a las actividades creativas. Existen importantes experiencias en al ámbito de la expresión artística infantil, que ponen de relieve  las repercusiones que las actividades creativas tienen en diferentes aspectos del desarrollo psicosocial. La creatividad es un valor en sí misma, pero también es un recurso psicológico muy valioso que incide en diferentes ámbitos de la experiencia y el bienestar del niño (véanse en este sentido Matthews,J., 1999; Hargreaves,D.J., 1991; Gardner,H., 1994 y 1993; Csikszentmihalyi,M, 1998; Sternberg, R.J. y Lubart, T.I., 1997; Hernández Belver, M., 2000; 2004). No tan reflejado en la bibliografía psicológica y pedagógica, pero cada vez más presente en las referencias bibliográficas médicas está la relación entre actividades creativas y salud, bien como indicadores de salud , o, lo que es más importante para el caso que nos ocupa, como recurso de salud. La promoción de la expresión artística de los pacientes se considera una vía para mejorar su salud física y mental  (Lane,M.T. y Graham-Pole,J., 1994) fortaleciendo sentimientos positivos, aliviando el estrés y ayudando a clarificar problemas existenciales (Gabriel, B. et al, 2001).

 Más allá de los enfoques tradicionales de arte-terapia, orientados al tratamiento de los problemas de salud mental, las actividades artísticas se entienden cada vez más como un recurso de apoyo para afrontar las difíciles situaciones vitales de enfermos y familiares. Especialmente con niños, el arte se reconoce como una herramienta poderosa para proporcionar apoyo psicológico y emocional: los niños pueden aprender a usar las artes como una estrategia saludable y efectiva para enfrentarse a los problemas derivados de diferentes enfermedades (Rollins,J.A. y Riccio,L.L., 2002).

   La constatación de esta asociación entre el desarrollo de la creatividad y el bienestar de los niños ha llevado a plantear  algunos programas de intervención en el ámbito de la salud infantil a diferentes instituciones nacionales e internacionales.

   Sólo como ejemplo, cabe destacar, en la Unión Europea, y dentro del marco del proyecto Cultura 2000, la iniciativa “Arte en el Hospital” en la que participan hospitales de diferentes ciudades europeas. El proyecto partió de la idea de un taller móvil en el hospital, mediante el cual artistas y niños hospitalizados trabajasen durante un tiempo para crear diversas obras. El objetivo era introducir el arte contemporáneo en los hospitales infantiles para humanizar su entorno, mejorar la acogida y la estancia de los niños que están en ellos, estimular su imaginación y su creatividad y favorecer el intercambio cultural europeo. Dentro de esta iniciativa cabe destacar algunos trabajos recientes, como el llevado a cabo en el hospital de La Paz de Madrid por Mª José Rueda, colaboradora habitual del MuPAI, y que se recoge en una de las últimas publicaciones promovidas desde este Museo, y relacionadas con este tema (H. Belver y Ullán, 2007).

Estas experiencias reseñadas indican que las actividades de juego y expresión artística pueden ser una forma de mejorar la calidad de vida de los niños hospitalizados, pueden ayudarles a afrontar el estrés de las circunstancias en que se encuentran (enfermedad, alejamiento de su entorno habitual con las pérdidas que ello conlleva, etc), y contribuir al proceso de humanización de los entornos hospitalarios pediátricos.


A partir de estas ideas el proyecto curARTE se plantea como una secuencia de tareas de investigación, diseño, intervención y evaluación que se puede apreciar en las diferentes fases generales del proyecto. De forma resumida el desarrollo del proyecto curARTE se ha planteado siguiendo las fases que se especifican en el esquema:




Las dos primeras fases, el estudio de campo sobre las condiciones de la hospitalización infantil respecto al juego y los talleres de creatividad infantil del MuPAI, son las que, hasta el momento, están más avanzadas.

Durante el año 2004, y con financiación de la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León, se llevó a cabo un análisis pormenorizado de las condiciones de la hospitalización infantil en los 14 hospitales de las nueve provincias de esta Comunidad Autónoma. Los resultados se recogieron en el informe titulado LOS NIÑOS EN LOS HOSPITALES DE CASTILLA Y LEÓN: DISPOSICIÓN Y ORGANIZACIÓN DE ESPACIOS, TIEMPOS Y JUEGOS EN LA HOSPITALIZACIÓN INFANTIL EN LA SACyL, que está disponible en la página web de la Consejería de Sanidad.

Esta investigación se proyectó para conocer las posibilidades reales que tienen los niños hospitalizados en el sistema sanitario de Castilla y León de llevar a cabo actividades de juego creativo. Se trataba, básicamente, de realizar:

a) un análisis de espacios hospitalarios que permitiera determinar dónde pueden jugar los niños en las unidades pediátricas de los distintos hospitales;

 b) a la vez, se planteó también la realización de un análisis de las organizaciones temporales de las unidades pediátricas hospitalarias para saber  cuándo pueden jugar los niños hospitalizados;

c)  y, finalmente se trataba de analizar las oportunidades y recursos materiales y humanos de juego creativo disponibles en los hospitales para uso de los niños, esto es, con qué y con quién pueden jugar los niños hospitalizados.

Este estudio fundamentó un diagnóstico de las unidades pediátricas hospitalarias, en relación con sus posibilidades de desarrollar programas de juego creativo como recurso de bienestar y de atención integral a los pacientes pediátricos y a sus familias, y durante el año 2005 se amplió la muestra de hospitales a otras Comunidades Autónomas en una selección de hospitales infantiles de referencia nacionales.

Este trabajo de campo sobre las condiciones de la hospitalización infantil se desarrolla de forma simultánea con los talleres de creatividad infantil del MuPAI, de manera que podamos obtener información coordinada para el desarrollo del proyecto.

A partir de la información que nos proporciona el estudio de campo sobre las condiciones de la hospitalización infantil y los talleres de creatividad del MuPAI  se están realizando las propuestas específicas de juegos creativos para llevar  a cabo los desarrollos técnicos de los juguetes.
 Hemos podido bosquejar las líneas generales a que deben responder los materiales de juego creativo hospitalarios que seguidamente se exponen. Ya disponemos de los primeros prototipos de estos materiales con la financiación del Programa Nacional de Ciencias Sociales del Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación tecnológica de la Dirección General de Investigación del Ministerio de Educación y Ciencia.


Estas líneas generales mencionadas, a las cuales deben responder los juguetes de curARTE, las describimos como una serie de características de los mismos que voy a ir detallando.

La primera característica que deben cumplir nuestros juguetes es la de potenciar el desarrollo de actividades creativas por parte de los niños. Y esto por dos razones que ya hemos expuesto. La primera son los beneficios cognitivos y emocionales que este tipo de actividades implican a nivel general.

La segunda razón tiene que ver con la capacidad de las actividades creativas de incidir positivamente en la salud. Este tipo de actividades demandan de la persona que las lleva a cabo una postura activa: crear implica poner en funcionamiento recursos cognitivos, emocionales y comportamentales.  En un hospital los niños ven muy limitada su capacidad para desarrollar una vida activa. Sus circunstancias de salud y las necesidades derivadas del tratamiento promueven más bien una actitud pasiva por parte del “paciente” pediátrico. Sin embargo, para los niños estar activos resulta vital: cualesquiera que sean sus circunstancias, para el niño crecer y aprender es hacer, y esta actividad es una parte esencial de su bienestar. Promoverla, en las restrictivas condiciones a que se enfrenta un niño hospitalizado, es un elemento fundamental del material de juego que proponemos.

  Así pues, como primera nota esencial de nuestros juguetes señalamos su capacidad para estimular la actividad de los niños, que los niños puedan hacer cosas, y cosas creativas, cuando están hospitalizados. La segunda característica es que los JUGUETES deben ser PERSONALIZADORES. Una de las consecuencias de la hospitalización es la pérdida de referencias personales que conlleva: se pierde el espacio propio, los objetos cotidianos de cada uno... Incluso algo que tiene tanta importancia en la definición de la persona como es la propia ropa también se pierde, en lo que dura la hospitalización, por la necesidad de usar los “uniformes” hospitalarios higiénicos.  Todas estas pérdidas de intimidad nos llevan a pensar lo beneficioso que podría ser para los niños que, los propios juguetes, les pudieran proporcionar experiencias de “personalización”, de identificación distintiva, de marcar, con signos propios, el entorno que rodea al niño hospitalizado. Las creaciones artísticas cumplen perfectamente esa función de identificación de los espacios y los contextos en que se colocan. El arte, tradicionalmente, se ha utilizado para distinguir lugares y personas. Si se han mencionado los beneficios psicológicos del proceso de crear, ahora nos referimos a la utilidad psicológica de los productos creados: pueden servir para decorar el entorno hospitalario, desde la cama del niño, la habitación, los pasillos, la propia ropa... con lo que ello implica de identificación personal y apropiación psicológica de este entorno. Pensamos que los juguetes de curARTE  deben ser capaces de crear pequeños “espacios personales” para los niños en el contexto del hospital: tanto por la propia concepción de los juguetes, como por su uso y los resultados o productos de las actividades que promueven.

 

 La enfermedad y el tratamiento tienen importantes implicaciones en los procesos psicológicos de autorreferencia. Especialmente en aquellos que tienen que ver con la autoimagen y con los sentimientos de autoeficacia. Los juguetes creativos hospitalarios y las actividades lúdicas que promueven deberían incidir positivamente en estos aspectos cruciales del bienestar psicológico de los niños hospitalizados, reforzando sus sentimientos de capacidad. Hay que resaltar la importancia de trabajar los aspectos de autoeficacia y autoestima en el contexto hospitalario, puesto que las propias circunstancias de la enfermedad constituyen, precisamente, una experiencia muy negativa en este sentido. Y lo mismo sucede con aquellos procesos psicológicos vinculados a la autoimagen, en su dimensión corporal. Bien porque la enfermedad afecte, obviamente, al aspecto físico de los niños, bien porque el tratamiento implique deterioro de su apariencia física, como en el caso de las terapias oncológicas, cualquier recurso que sirva para mejorarla adquiere, en el contexto hospitalario, mucha importancia. 

La siguiente característica se refiere a la dificultad de los juegos promovidos por el material de curARTE. Si la dificultad de los juegos siempre ha de tenerse en cuenta para adecuar éstos a las características y niveles de desarrollo de los niños, mucho más en el caso de juegos y juguetes para niños hospitalizados. Las particularidades de la enfermedad y del tratamiento pueden afectar, y mucho, a las capacidades de los niños que pueden sufrir de oscilaciones notables (porque se encuentren cansados, molestos, con dolor, etc.). Por esta razón, un mismo juego o juguete deberá abarcar un rango lo suficientemente amplio de dificultad como para que sin cambiar de juego, puedan servir para cuando el niño se encuentre mejor, pero también cuando está más fatigado, menos concentrado, etc. Esto puede lograrse a través de materiales de juego de “amplio espectro”, es decir, con juguetes que pueden utilizarse a diferentes niveles de dificultad para que sea el niño, en función en este caso de su estado de salud, quien seleccione el nivel que mejor se adapta a sus requerimientos.

Una de las peculiaridades de las situaciones de hospitalización es la gran cantidad de tiempo “desocupado” del que disponen los enfermos mientras se desarrollan las pruebas diagnósticas o los tratamientos. Esto constituye una importante dificultad psicológica pues favorece el estrés y la angustia ligada a estas situaciones de enfermedad, en las cuales, apenas nada puede hacerse más que “dejar pasar el tiempo”. Para evitar estas consecuencias negativas del tiempo “desocupado”  las actividades lúdicas son un recurso muy importante de cara al bienestar de los niños enfermos.  Los materiales del proyecto curARTE estarían pensados como recurso para ocupar buena parte del tiempo de espera en los hospitales promoviendo actividades “lentas”, es decir, actividades que requieran de bastante tiempo para desarrollarse (una ventaja frente a la vida cotidiana habitual de los niños en la que no siempre disponen de tanto “tiempo”).

Además, las actividades lúdicas promovidas por los materiales de este proyecto deben requerir un grado de atención lo suficiente como para poder contrarrestar el estrés asociado a los procesos de hospitalización.  Si el niño consigue implicarse en una actividad que demande de él recursos atencionales y cognitivos suficientes, esto puede aliviar el estrés al resultar incompatible con otro tipo de comportamientos o procesos mentales. Así pues, las actividades propuestas por los materiales de juego deben ocupar el tiempo de los niños, ocupando sus mentes, distrayéndolas de otros estímulos estresantes, tanto internos (sus propias sensaciones corporales como dolor, malestar, etc.), como externos (aparatos, material hospitalario, etc.).

Los resultados de las actividades de los niños con los juguetes propuestos deben ofrecer refuerzos muy rápidos.  Dadas las dificultades psicosociales de los niños enfermos y hospitalizados, estos necesitan rápidamente refuerzos a sus comportamientos, de manera que se establezcan patrones de conducta positivos lo más deprisa posible.  Los refuerzos, además, han de ser tanto materiales –en este sentido los “productos” de los juegos son muy importantes-  como sociales. Las actividades creativas proporcionan un contexto muy favorable para estos refuerzos: al niño le gusta mucho ver sus propias creaciones y también el que estas sean admiradas por los demás.

 
Cuando un niño está hospitalizado, la mayor parte de sus interacciones se producen con adultos, con  los familiares que le cuidan y  con el personal sanitario. También se puede relacionar con otros niños del hospital, pero esas relaciones están supeditadas a la permanencia de todos los niños en el centro sanitario y no tienen la estabilidad de las relaciones escolares. De esta manera,por ejemplo, los juegos de los niños en el hospital muchas veces requieren de la participación de compañeros “adultos”. Si las actividades propuestas pueden implicarles a ellos, suscitar su interés, sin duda esto contribuiría al bienestar de ambos, de los niños y de los adultos. Este proceso sería especiamente importante en el caso de los padres que, con la hospitalización de los niños, sufren de un estrés muchas veces más intenso que los propios niños. De hecho, si los juegos creativos consiguieran, en este sentido, promover la participación activa de los padres en los mismos –por ejemplo a través de pequeños programas de formación y apoyo- podrían resultar psicológicamente beneficiosos para toda la unidad familiar. Así pues, los juguetes de curARTE deberán proponer actividades que puedan llegar a suscitar el interés también de los padres, bien por los resultados, bien por el propio proceso creativo, de manera que puedan encontrar en ellas un apoyo ocupacional compartido con sus hijos.



La complejidad de la organización hospitalaria y de las funciones que desarrolla hace necesaria una adaptación de todo el material de juego para que éste no interfiera en el desarrrollo de dichas funciones.  Así, los juguetes no deberán obstaculizar las tareas del diverso personal sanitario que atiende a los niños (por ejemplo porque se desperdiguen piezas por la cama o por las habitaciones, o porque manchen las ropas o las instalaciones sanitarias).

Finalmente los juguetes de uso hospitalario deben cumplir una serie de requisitos, tanto en aspecto externos como en los materiales de que están fabricados. En el estudio llevado a cabo por AIJU, el Instituto Tecnológico del Juguete de la Comunidad Valenciana (Costa, Romero y Torres, 2.000) se especifica al respecto que el tamaño  tiene que estar controlado (no muy grandes), el peso no resultar excesivo, el mecanismo de funcionamiento adaptado para su uso en limitadas condiciones de movilidad porque los niños deban permanecer en cama, con goteros, etc. En el mismo estudio, con respecto a las características de los materiales con los cuales están fabricados los juguetes, se señala que el aspecto que requiere una mayor atención es la posibilidad de limpiar, desinfectar y, si fuera necesario, esterilizar los juguetes (véase de nuevo el trabajo de Costa et. al, 2000). Para lo que los materiales con que estén fabricados los juguetes han de ser capaces de soportar estos procesos físico-químicos.


Como hemos dicho, el desarrollo efectivo de los juguetes que respondan a estas características, está en sus fases iniciales. Pero una vez llevado a cabo el estudio de campo en los hospitales infantiles al que me he referido,  nos pareció interesante poner a disposición de los niños hospitalizados, a través de internet, no sólo los recurso del MuPAI, sino una página web específicamente diseñada para responder a sus necesidades psicosociales de juego y creatividad, con la misma filosofía del proyecto que  se ha expuesto.  La concepción de la página es del grupo interuniversitario de investigación y su diseño y desarrollo de la profesora Noemí Avila. La dirección de la página es www.ucm.es/info/curarte y su idea es promover la creatividad y las actividades artísticas como recurso de bienestar psicosocial paralos niños hospitaliados y sus familias. Sus cuatro perfiles de usuario –niños, personal sanitario, padres y educadores- están orientados a este fin.

 Finalmente, el proyecto ha ido creciendo, abarcando también el estudio al grupo de adolescentes hospitalizados, un grupo de población generalmente olvidado en este contexto. A través de varias financiaciones en estos últimos años, se ha llevado a cabo una serie de talleres y estudios en diversos hospitales que han ampliado sensiblemente los objetivos y los logros del proyecto inicial.



Referencias bibliográficas:


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Belver, M. H. y Ullán, A. (2007). La creatividad a través del juego. Salamanca: Amarú.           


Belver,M. H. et. al. (2005). Arte infantil y cultura visual. Madrid: Eneida.


 Belver,M. H. et. al. (2004). Arte Infantil y Creatividad. Madrid: Editorial Complutense.


Bolig,R. et. al. (1991). Medical play and preparation: questions and issue. Children´s Health Care, 20 (4), 225-9.

Costa,M. et. al. (2000). Juguetes en el hospital: carácterísticas materiales, higiene y desinfección. En Costa,M. (coord). El juego y el juguete en la hospitalización infantil.Valencia: Nau Llibres.

Gabriel,B. et.al. (2001). “Art therapy with adult bone marrow transplant patients in isolation: a pilot study”. Pychooncology 10 (2), 114-23.

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Gottlieb,S.E. y Portnoy, S. (1988).The role of play in a pediatric bone marrow transplantion unit. Children´s Health Care, 16 (3), 177-81.

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Lane,M.T. y Graham-Pole,J. (1994). “Development of an art program on a bone marrow transplant unit”. Cancer Nurs 17 (3), 185-192.

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Ullán, Am. Y Belver, M. H. (2008). Cuando los pacienters son niños. Madrid, Eneida.












[1] La estancia se define como la fecha de alta menos la fecha de ingreso, no computándose estancias igual a cero.

3 comentarios:

  1. Quiero felicitar al creador/a de este Proyecto ,en Argentina obtuve una pasantia para la ludoteca de un Hospital muy reconocido y lo que he leido se adapta perfectamente a lo que he experimentado en mi corta estadia por el Hospital .Me gustaria obtener mas informacion acerca de Proyectos de Arte Horpitalarios .
    Desde ya muchas gracias ,saludo a ustedes muy atte.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Constanza,
    Gracias por tu comentario. Se sugiero que te pongas en contacto con los creadores del artículo. Manuel H. Belver, Universidad Complutense de Madrid
    mhbelver(arroba)art.ucm.es
    Ana M. Ullán, Universidad de Salamanca
    ullan(arroba)usal.es

    Un saludo

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